La semana pasada comencé a compartir mis reflexiones acerca de mi nueva vida, hoy, sigo haciéndolo.

Otras cosas que aprendí en mi nueva vida son:
¿Cómo combino viaje y trabajo?: Combiné una sola vez (por ahora) un viaje a Montevideo y Atlántida para visitar a una de mis hermanas del alma, Carolina, con mi hijo que hacía tiempo que quería conocer otro país. Lo pasé de maravillas y también fue muy estresante. La conexión no funcionaba, mi organización de las tareas no era muy buena, ¡en un momento casi me pongo a llorar! pero salí adelante, pude realizar todas las tareas, tomé nota de lo que “había salido mal” y decidí aprender de la experiencia. Ahora me siento mucho más confiada de viajar mientras tengo un curso online porque sé qué cosas debo tener en cuenta para que la experiencia sea buena.
Viajar ligero: En realidad fue volver a algo que practicaba hace tiempo y que fui dejando de lado (lamentablemente) en mi vida sedentaria (hace 13 años que vivo en la misma casa). En este momento resignifiqué esa idea y pude pasar de la simplicidad de las cosas que me rodean a la simplicidad de pensamiento. En un trabajo en el que “entro y salgo” de una aula a otra, de un curso a otro, en el medio algún asesoramiento y algo de redes sociales necesito contar con información buena, concreta, aplicable en varias situaciones. Necesito que mi computadora tenga las carpetas que necesito para ordenar la información (bien organizadas y bien nombradas). Y en el escritorio, sólo el mate, unas pocas hojas y una lapicera… Y puse a prueba, con éxito esta estrategia el otro día que se cortó la luz y me vi obligada a irme a un café: simplemente guardé mi laptop en un coqueto bolso y salí de casa.
Flexibilidad: Realmente es el aspecto que más disfruto porque cuando trabajaba en una oficina sentía que mis ideas no podían fluir al ritmo que aparecían. Una de mis características es pensar hilando ideas, conceptos, proyectos realizados y, sobre todo, enriqueciéndome con los demás. Esta forma de pensar el mundo (y el trabajo) requiere de mucha flexibilidad porque hasta que se plasma la idea original en algo concreto, seguramente debo cambiar varios aspectos de ese proyecto. Esto se traduce en la vida cotidiana, en el día a día del trabajo: logro mayor flexibilidad para modificar horarios, viajes, reuniones y salidas en función de las necesidades cambiantes de esta nueva vida.
El día dura 24 horas: Sí, claro, ustedes pueden pensar que es una obviedad, pero cuando empecé a disfrutar de la libertad, creí que podía hacer todo lo que quisiera. ¡Nada más alejado de la realidad! Hay momentos en el que me es difícil que pueda visitar o encontrarme con amigas/os, paseando por una reserva o empezando un viaje cuando mi trabajo requiera de mayor atención de mi parte. Entonces en esos momentos debo ser más cuidadosa con la planificación del día para ser realista.
Aquello que dejé por ser sedentaria … el sedentarismo mental: Lo más duro de la vida de trabajadora en relación de dependencia fue que había empezado a mostrar menos creatividad e iniciativa. Sólo basta con levantarme a diario, ir a la oficina, ver qué actividades hay para hacer en la semana y si puedo, generar alguna propuesta que puede o no ser aceptada por los directivos. ¡Ahora cada día tengo una idea para aportar a mi propio trabajo o a futuros proyectos!
La actitud nómada: Encontré que tengo una actitud nómada. Es difícil explicarlo porque actualmente no puedo viajar por el mundo libremente, pero me reencontré con algunos rasgos personales que siempre había interpretado de manera equivocada:
- Disfruto del proceso aunque sepa de antemano que no lo volveré a repetir.
- Pienso que la vida es continuo movimiento.
- Soy desapegada de las cosas.
- Si ya no necesito algo, “lo suelto”.
- Nunca acepté un no como respuesta, como si todo fuese posible.
La importancia de las alianzas, las amistades y la comunidad: Me encontré con otras personas que pueden disfrutar de la vida sin pretender seguridades. Se trata de personas sumamente creativas y abiertas a construir junto con otros. En este recorrido nuevo conocí a otro espíritu libre, Carla, con la que estamos diseñando un hermoso curso online.
El camino que he emprendido es la síntesis de todos los caminos que recorrí a lo largo de mi vida. Sólo necesito saber qué quiero, hacia dónde voy y cómo lo quiero lograr.
Les dejo un afectuoso saludo y un agradecimiento por visitar mi blog.
Andrea